El fracking ha sido explotado en EEUU desde hace más de 40 años, pero solo desde hace 10 años está siendo masivamente utilizado debido al perfeccionamiento de esta tecnología en los últimos tiempos. Esta mejora tecnológica ha hecho que la extracción de gas y petróleo en determinadas zonas donde antes era económicamente inviable ahora sea beneficioso económicamente. Esto es lo que ha ocurrido en los últimos años en EEUU donde se han descubiertos importantes yacimientos de gas natural cuya extracción solo es económicamente viable usando el fracking. Y lo mismo está empezando a ocurrir en Europa.
La tecnología del fracking es intrínsecamente peligrosa para el mantenimiento de la calidad de los acuíferos, ya que se inyectan bajo tierra grandes cantidades de agua mezclada con productos químicos para extraer el gas. Después de las quejas de muchas organizaciones medioambientales y protestas de los propietarios de muchos terrenos donde se han instalado pozos de fracking en Estados Unidos, ha sido en el año 2011 cuando la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA, Environmental Protection Agency) ha empezado a investigar los posibles efectos negativos del fracking sobre los acuíferos y reservas de agua potable. Este estudio está todavía en fase de desarrollo y lo que se pretende es identificar los factores que pueden afectar de manera severa la calidad de las aguas subterráneas.
No existe un censo total de pozos donde se haya practicado el fracking en Norteamérica ya que su legislación no obliga a que las compañías explotadoras de gas y petroleo informen de los emplazamientos de sus actvidades extractivas al gobierno. Existen 9 empresas que operan en el ámbito nacional y un número indeterminado que lo hacen local o regionalmente. Teniendo en cuenta esto, la agencia gubernamental norteamericana EPA, ha calculado que el número de pozos fracturados en Estados Unidos, durante el periodo de septiembre de 2009 a octubre de 2010 es de casi 25.000 pozos y estiman que podrían llegar a cientos de miles de pozos si se considera todo el tiempo que la técnica lleva explotándose en tierras norteamericanas.
A diferencia de países como España donde el agua es un bien común, en Estados Unidos las empresas privadas solo tienen que alquilar los terrenos al propietario para poder explotar el subsuelo, extraer el gas o petroleo y utilizar el agua de los acuíferos existentes en este terreno. No es necesario ningún permiso especial del gobierno ni de ninguna agencia medioambiental. Las compañías explotadoras pagan un alquiler a los propietarios a cambio de extraer todo el gas, sin la obligación de tomar medidas de prevención o reparación medioambiental y sin avisar al propietario del terreno de las consecuencias de la fracturación de los pozos. El documental de Josh Fox, Gasland, explica lo ocurrido con el fracking en Estados Unidos.
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