La energía es necesaria para transportarnos, darnos una ducha tibia, conservar los alimentos y trabajar en el ordenador. Hacer un consumo eficiente de la energía permitirá reducir el impacto negativo sobre el medio ambiente.
La producción de la energía que necesitamos diariamente para realizar nuestras actividades cotidianas ha traído graves consecuencias para el medio ambiente. Ejemplo de esto es el cambio climático, que está ocasionando el deshielo de los polos y el aumento del nivel del mar, además de más contaminación, que afecta la vida de los ecosistemas y la salud de los ciudadanos.
De acuerdo al BP Statistical Review of World Energy 2017, el 33,3% de la energía que se consumió en el mundo durante el 2016 proviene del petróleo, mientras que solo el 3,2% proviene de fuentes renovables.
Si bien la brecha es bastante amplia, este informe sostiene que el consumo de energía proveniente de las fuentes renovables aumentó un 12%. Esto significa que en el mundo se está creando conciencia sobre la importancia de aprovechar mejor las fuentes no contaminantes de energía, como la eólica y la hidráulica.
Tres razones fundamentales para ahorrar energía
Ahorrar energía es la forma más accesible, sencilla y hasta económica que los ciudadanos tenemos para disminuir el impacto negativo que ésta tiene en el medio ambiente.
Los principales motivos por los cuales hay que empezar a ahorrar energía son:
- La energía se agota: casi el 90% de la energía que se consume en el mundo es de origen fósil, particularmente de petróleo y carbón. Esas fuentes eventualmente se agotarán, porque se trata de recursos no renovables.
- Se ayuda a la economía: el aumento en el coste de electricidad en algunas ciudades sobrepasa el 40%, lo que implica un impacto en el presupuesto familiar e incluso de las empresas. Es por esto que ahorrar energía significa reducir costes en los hogares, en industrias y en el sector público, lo que se verá traducido en un aumento en la competitividad.
- Se cuida al medio ambiente: al hacer un uso racional y eficiente de la energía se disminuye la huella negativa que se genera en el ambiente, ya que se comienza a controlar la emisión de gases contaminantes producto de la generación de energía.
¿Cómo ahorrar energía?
En nuestros hogares, empresas y oficinas podemos contribuir a ahorrar energía de forma muy sencilla.
Lo primero que hay que hacer es conocer el consumo de energía de cada electrodoméstico que tenemos en casa y cómo hacer un uso racional de éstos.
En el manual del fabricante o en las etiquetas de los artículos puedes encontrar el consumo. En promedio, el siguiente es el consumo de los principales aparatos domésticos:
- Nevera: 250 – 350 kW
- Televisor: 150 – 400 kW
- Microondas: 900 – 2000 kW
- Aire acondicionado: 900 – 2000 kW
- Horno: 1200 – 2200 kW
- Calefacción: 1000 – 2000 kW
- Lavavajillas: 1500 – 2200 kW
- Lavadora: 1500 – 2200 kW
Como se evidencia en este consumo estimado, el aire acondicionado y la calefacción son unos de los electrodomésticos con mayor consumo, pues requieren de mucha energía para poder regular la temperatura del hogar.
Ante esto, una manera de ahorrar energía es tener mayor control sobre la temperatura doméstica.
Trucos para regular la temperatura
Tanto en verano como en invierno la factura de electricidad puede dispararse debido al consumo poco eficiente de la energía, pero aplicando estos sencillos trucos podrás evitarlo.
- En el caso de la calefacción, coloca la temperatura entre 19 °C y 21 °C. Cada grado más es entre 6-9% más de consumo.
- Para el aire acondicionado, una temperatura agradable es entre 23 °C y 25 °C.
- Mientras la casa esté vacía, pueden reducir la calefacción en 3 o 4 °C.
- El radiador no debe cubrirse, pues al hacerlo se dificulta la difusión del calor.
- En invierno, durante el día sube las persianas, de esta forma el sol dará luz y calor gratis. Por la noche, bájalas para evitar que el calor se escape.
- Mejora el aislamiento de tu vivienda. Por ejemplo, instala juntas o burletes en las puertas y ventanas, lo que te permitirá reducir las fugas de calor hasta en 10%.
El termómetro será tu mejor aliado
Cada estancia de la casa debe tener su propia temperatura ideal para sentir confort. A continuación, compartimos una temperatura estimada para cada estancia del hogar durante los meses de invierno:
- Cuarto de los niños = 18/20 °C.
- Habitación = 17 °C.
- Baño = 21/22 °C.
- Cocina = 18 °C.
- Salón = 19 °C.
La forma más cómoda de identificar si la temperatura es la ideal es contar con un termostato que, además, te permita realizar una programación diaria o semanal para ajustar la temperatura con precisión.
Las opciones existentes son diversas y con numerosas características en función de lo que estés buscando con tu termostato: medir temperatura interior y/o exterior, almacenar los datos relativos de temperaturas máximas y mínimas, con reloj y alarma, que nos avise de la humedad, etc…
Hoy en día, los termómetros cuentan con la más alta tecnología y todo tipo de prestaciones que nos facilitan el día a día. En el siguiente enlace puedes comprobar alguna de estas opciones existentes que nos ayudarán a lograr que en casa se cuente siempre con una temperatura agradable.
Un hogar con la temperatura correcta nos permitirá ahorrar energía y traerá innumerables beneficios tanto en el presupuesto familiar, así como en el medio ambiente.