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Lo que no sabía entonces es todo lo que iba a pasar en los años sucesivos, desde cambios normativos arbitrarios en un corto espacio de tiempo hasta el desprestigio injustamente provocado hacia la industria fotovoltaica acusándola de ser la generadora del déficit tarifario, cosa que es incierta y que explicaré más adelante.
A los 5 meses de la compra de la instalación, sale el Real Decreto 1454/2005, que modifica el RD 436/2004, detallando algunos aspectos para “facilitar” la elaboración de la facturación de la energía adquirida y su admisión en el sistema de eléctrico, según explica el propio decreto. Mediante la modificación normativa se crea un complejo sistema de liquidaciones provisionales y definitivas, y se regula a los agentes comercializadores de energía. Lo cierto es que solo provoca más papeleo y mayor confusión en el sistema de venta y distribución de la energía que ya de por si es complicado.
En febrero de 2006 formalizo la compra de la instalación solar fotovoltaica con la empresa instaladora, y el préstamo con el ICO-IDAE. La instalación debe estar en funcionamiento en 10 meses.
Poco después llega la primera tormenta, en Junio 2006 sale el Real Decreto-Ley 7/2006, donde por vía de urgencia se desvincula la variación de las primas a la fotovoltaica de la tarifa eléctrica media o de referencia de cada año, provocando un fuerte impacto en las futuras primas a recibir. A partir de ahora la subida de la tarifa está ligada al incremento del IPC. En mi caso el impacto fue escaso porque mis estimaciones fueron hechas con una suposición de subida anual de la tarifa del 1,5%, inferior incluso a la subida habitual del IPC. Sin embargo para otras instalaciones el impacto es sustancial debido a que los cálculos de viabilidad están hechos con estimaciones de subida del 4 ó 5%.
Es a partir de este momento cuando la tarifa eléctrica inicia una escalada impresionante de precios que obviamente no beneficia a los productores fotovoltaicos pero si a las compañías eléctricas que ven aumentada su facturación año a año de manera significativa. Desde este momento hasta la actualidad la tarifa eléctrica ha subido casi el 90%. Los expertos preveían que la tarifa eléctrica iba a subir pero nadie apostaba que iba a ser tanto.
El siguiente paso es firmar el contrato de compraventa de energía con la empresa distribuidora, en mi caso lo firmo con Iberdrola en octubre de 2006 por un periodo de 5 años prorrogable. Aunque la normativa (RD 436/2004) dice que la compañía está obligada a comprar la energía producida durante toda la vida útil de la instalación, Iberdrola sólo ofrece firmar un contrato por 5 años, es algo que me causa sorpresa pero no hay nada que pueda hacer. Quizá en las compañías eléctricas ya sabían que la norma iba a cambiar…
Finalmente y como un regalo de los Reyes Magos, en enero de 2.007 mi instalación solar fotovoltaica se conecta a la red y empieza a generar electricidad y verterla a la red de distribución. En 18 meses, desde la compra de la instalación en junio de 2005 hasta su puesta en marcha en enero de 2007, la normativa ha cambiado 2 veces, no ha supuesto un impacto sobre la viabilidad económica de la instalación pero si un sentimiento de preocupación e inseguridad.
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